Disfrutamos del calor porque hemos sentido el frío. Valoramos la luz, porque conocemos la oscuridad. Y comprendemos la felicidad porque hemos conocido la tristeza.
Lo más triste en este mundo es querer a alguien que antes te quería a ti.
El amor nunca se pierde. Aunque no sea recíproco, volverá para purificar y hacer tierno su corazón.
lunes, 25 de febrero de 2008
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